Ingredientes
Ingredientes tradicionales
Como lo afirmaba el duque bávaro, Guillermo IV, en 1516, autor de la “Ley de Pureza” dirigida a los cerveceros de entonces, el líquido dorado sólo podía producirse con tres ingredientes que, por tradición, se consideraban básicos: agua, cebada malteada y lúpulo. Las levaduras se incorporarían a posteriori.
Cebada
Planta herbácea de la familia de las gramíneas. Se puede utilizar en dos formas. En granos crudos y secos, que dan cervezas claras y ligeras, y en cebada malteada, que son los granos sometidos a un proceso de germinación parcial y controlada para obtener enzimas. Con la cebada malteada se obtienen cervezas más o menos oscuras, con más cuerpo y sabor.
Agua
Constituye el 90% del volumen de una cerveza. Mientras más pura es el agua, mejor cerveza se obtiene. Es el componente que le da el frescor y le aporta, al igual que la cebada, los minerales que la enriquecen.
Lúpulo
Es una planta trepadora de la familia de las canabinaceas que da el aroma y el sabor a la bebida. Antes de su descubrimiento, la cerveza se aromatizaba con hierbas, las cuales eran añadidas al mosto.
Levaduras
Son microorganismos que cumplen con la función de la fermentación, para lo cual son sembrados en el mosto. A través de ellos, los azúcares son transformados en alcohol y gas carbónico.
Fórmula propia para el trópico
Las cebada malteada es químicamente completa. En el proceso digestivo, los almidones contenidos en la malta se transforman en azúcares, cuyas cadenas se cortan por la acción de las enzimas. No así las dextrinas, las cuales no se fermentan y son las que ocasionan esa sensación de llenura.
Esto, aunado a nuestro clima más caliente, obligó a nuestros maestros cerveceros a buscar una fórmula que hiciera la cerveza más ligera. En esta búsqueda se dan cuenta de que el maíz tenía una estructura menos complicada y que al calentarlo la cadena o serpentina de azúcares se hacía más fácil de cortar y se comenzó a usar.