Sí es posible un consumo responsable de alcohol

22 mayo, 2012

Dr. Gerardo Tálamo

Que sí es posible asumir el consumo de alcohol con responsabilidad y convencer a los jóvenes de la importancia de hacerlo demostró la charla que sobre este tema dio recientemente Cerveceros de Venezuela en la Universidad Católica Andrés Bello.

La iniciativa de Cerveceros de Venezuela, organización sin fines de lucro que afilia a las principales empresas de la industria cervecera del país, forma parte de sus permanentes políticas de responsabilidad social, fortalecidas este año en el marco de las actividades programadas por el 50 aniversario de la Cámara, fundada en 1962, tal como lo explicó su directora ejecutiva, Omaira Sayago. “Esta es la primera de una serie de charlas que sobre consumo responsable impartiremos este año en varias universidades del país”, dijo.

La charla, que contó  para su realización con el apoyo del Decanato de Desarrollo Estudiantil de la UCAB, fue dictada por el doctor Gerardo Tálamo, psicólogo, con master en Educación, doctorado en Filosofía, y una amplísima experiencia  en temas de salud y alcohol.

Los estudiantes y profesores que asistieron a la Sala de Usos Múltiples de la UCAB  escucharon con atención la exposición de Tálamo que trató sobre los factores de riesgo, el efecto del alcohol en el organismo, efectos en el cerebro, susceptibilidad de los jóvenes versus los adultos, y sobre en qué consiste un consumo moderado y responsable, además de aclarar algunas falsas creencias y mitos que tradicionalmente han girado alrededor del tema.

Tálamo explicó que en comparación con los adultos, los jóvenes son más susceptibles a los efectos del alcohol porque tienen, generalmente, menos peso corporal y menos agua en su organismo (por lo tanto el alcohol se concentra más en la sangre); menos enzimas en el hígado (por ende menos capacidad para procesar y metabolizar);  y además  destacó que en los jóvenes el cerebro está aún en desarrollo, proceso que podría verse afectado si se tiene un consumo abusivo de alcohol.

Destacó que los efectos por menor peso corporal y estatura, y por lo tanto menos cantidad de agua en el organismo, son más marcados en el caso de mujeres, de allí que sean más susceptibles que los hombres a dichos efectos.

En cuanto a la absorción del alcohol, Tálamo destacó que en 30 minutos aproximadamente  todo el alcohol contenido en una bebida puede estar en el torrente sanguíneo, pero si hay comida en el estómago, este proceso es mucho más lento: hasta en 90 minutos. En otras palabras, si se tienen alimentos en el estómago, el efecto del alcohol se distribuye en el tiempo gradualmente.

El alcohol contenido en una bebida, y que ha pasado a la sangre, se metaboliza en el hígado en aproximadamente una hora. Este es un dato importante a considerar en cuanto a la velocidad con que se bebe. “Al hígado no le importa cuánto se ha bebido. Siempre demorará una hora en transformar el alcohol contenido en una bebida. Todo el alcohol adicional que se consuma estará acumulándose en el torrente sanguíneo”, alertó Tálamo.

Sobre los efectos de las llamadas mezclas de licores –uno de los aspectos planteados por los estudiantes durante el periodo de preguntas y respuestas- Tálamo explicó que su inconveniencia no radica en la mezcla en sí misma, sino en la cantidad de alcohol que generalmente esto representa. A modo de ejemplo, apuntó que una cerveza ronda los 5 grados, una copa de vino 12 grados y un shot de destilado 40 grados.

Recalcó también la inconveniencia de acudir al alcohol con intenciones distintas al de una celebración, para refrescarse o para acompañar comidas. “No debe acudirse a él como vía de escape o evasión, por ejemplo”, dijo. Agregó también que en caso de estar bajo tratamiento médico o en caso de sufrir alguna enfermedad, debe consultarse al médico si se puede o no beber, lo cual, puntualizó, sí está rotundamente negado para mujeres embarazadas.

Para finalizar, Tálamo recalcó que con toda la información suministrada, cada quien, siempre y cuando sea mayor de edad y sano, debe estar en capacidad de definir sus propios parámetros para asumir el consumo de alcohol con responsabilidad y moderación, lo cual está atado a tres factores básicos: cantidad, velocidad y frecuencia. “Sólo de esta manera, el alcohol puede insertarse en un estilo de vida saludable, en el que también es vital una alimentación balanceada, una sana recreación, ejercicio físico regular y dormir las horas necesarias”, destacó.

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